- Iniciador del tema
- #721
Hoy para comer, de primero artemia y de segundo papilla, idlo pasando a medida que quedéis saciados!
El dado de papilla tiene cierta consistencia gracias a su base de gelatina, pero a medida que pasa el tiempo va perdiendola haciendo más fácil que estos delicados pero a la vez voraces animales vayan cogiendo su porcion.
A medida que unos pierden el interés y sueltan la comida, otros siguen tirando para hacercarselo a sí mismo y a los que le rodean.
Espero que aquel depredador que atacaba a los otros astroides fuera el único en el acuario...
Tengo que determinar, y ayudadme por favor si alguien tiene cierta información, si las conocidas estrellas de capitán, pueden llegar a atacarles... De tener la más mínima prueba de ello, no dudaría en sacarlos y devolverlos al mar...
Estaré observando...
Si contamos con la ausencia de depredadores, creo que estos corales serán muy fáciles y divertido de mantener, pudiendolos colocar casi en cualquier lugar del acuario sin ser tan minuciosos con su ubicación como ocurre con las gorgonias de polipo corto.
Una cuestión muy interesante es ver si este tipo de coral posee la cualidad de pasar sus nutrientes a través de sus tegidos a sus vecinos, como ocurre entre los polipos de las gorgonias...
Por ahora sé que en la conexión entre polipos existe ese tejido, donde se observan el crecimiento de nuevos polipos que hacen crecer a la colonia extendiéndose poco a poco para cubrir la roca que le rodea, además de hacerlo hacia adelante, compitiendo con sus antecesores que a medida que terminan con su ciclo de vida les van dejando paso a los nuevos... En viejos trozos desprendidos e podido observar que estos seres construyen a medida que crecen una roca espectacularmente porosa, a su ritmo, construyen roca de la misma forma que los conocidos corales de la gran barrera de Arrecife...
Estoy ancioso por observar la reacción que tendrán con el tiempo si continuo alimentandolos de esta forma, sería una auténtica pasada recrear en esta pared esas frondosas praderas verticales de color naranja que pude contemplar en las cavidades de los acantilados de la zona de Almuñecar...
Conseguir una pared así, no solo aria cambiar mi acuario, su llamativo e intenso color, y su movimiento creado por la corriente, cambiaría hasta mi salón...
El dado de papilla tiene cierta consistencia gracias a su base de gelatina, pero a medida que pasa el tiempo va perdiendola haciendo más fácil que estos delicados pero a la vez voraces animales vayan cogiendo su porcion.
A medida que unos pierden el interés y sueltan la comida, otros siguen tirando para hacercarselo a sí mismo y a los que le rodean.
Espero que aquel depredador que atacaba a los otros astroides fuera el único en el acuario...
Tengo que determinar, y ayudadme por favor si alguien tiene cierta información, si las conocidas estrellas de capitán, pueden llegar a atacarles... De tener la más mínima prueba de ello, no dudaría en sacarlos y devolverlos al mar...
Estaré observando...
Si contamos con la ausencia de depredadores, creo que estos corales serán muy fáciles y divertido de mantener, pudiendolos colocar casi en cualquier lugar del acuario sin ser tan minuciosos con su ubicación como ocurre con las gorgonias de polipo corto.
Una cuestión muy interesante es ver si este tipo de coral posee la cualidad de pasar sus nutrientes a través de sus tegidos a sus vecinos, como ocurre entre los polipos de las gorgonias...
Por ahora sé que en la conexión entre polipos existe ese tejido, donde se observan el crecimiento de nuevos polipos que hacen crecer a la colonia extendiéndose poco a poco para cubrir la roca que le rodea, además de hacerlo hacia adelante, compitiendo con sus antecesores que a medida que terminan con su ciclo de vida les van dejando paso a los nuevos... En viejos trozos desprendidos e podido observar que estos seres construyen a medida que crecen una roca espectacularmente porosa, a su ritmo, construyen roca de la misma forma que los conocidos corales de la gran barrera de Arrecife...
Estoy ancioso por observar la reacción que tendrán con el tiempo si continuo alimentandolos de esta forma, sería una auténtica pasada recrear en esta pared esas frondosas praderas verticales de color naranja que pude contemplar en las cavidades de los acantilados de la zona de Almuñecar...
Conseguir una pared así, no solo aria cambiar mi acuario, su llamativo e intenso color, y su movimiento creado por la corriente, cambiaría hasta mi salón...